Luces dormidas: reseña de Fabián Vique

LUCES DORMIDAS: RESEÑA DE FABIÁN VIQUE

Por Fabián Vique (Argentina)

«Sólo una cosa no hay. Es el olvido», dice el conocido verso de Borges. Y más adelante, en el mismo poema: «Y todo es una parte del diverso / cristal de esa memoria, el universo; / no tienen fin sus arduos corredores / y las puertas se cierran a tu paso».

El poemario Luces dormidas de Diego M. Eguiguren expresa el dolor de esa imposibilidad. Pero la palabra, engañosa, nombra, y en el nombrar crea presencia. No puede impedir la esperanza y con ella el retorno cruel de la ausencia.

La palabra se vuelve equívoca, porque de alguna manera revive lo que se ha ido. ¿Qué otra cosa será sino la imagen «la eternidad de tu espalda»? ¿Es ausencia o es presencia? El poema de la ausencia crea presencia. Por eso el poeta sabe que la palabra es engañosa.

La verdad, dice, está más allá del poema: «la tristeza es tan honesta / que ya no escribe versos», dice el poeta. ¿Pero cuál es la verdad de la poesía? La poesía dice la ausencia. La poesía nombra y nombrar es crear.

El poema crea, pero el poeta conoce el alcance parcial de la palabra. Alrededor de esa paradoja transcurren los poemas de este libro. Un libro donde un yo poético expresa esos vaivenes de la ausencia y la esperanza con un lenguaje sobrio, preciso y personal.

ACERCA DE FABIÁN VIQUE

Nació en Buenos Aires, el 24 de junio de 1966. Es profesor de Lengua y Literatura, editor y escritor. En 2008 fundó la editorial Macedonia. Creador del blog De las aves que vuelan me gusta el chancho. Ha publicado los libros Minicuentos (1997), Con las palabras contadas (2003), La vida misma y otras microficciones (2007), La tierra de los desorientados (2008), Variaciones sobre el sueño de Chuang Tzu (2009), Los suicidas se divierten (2012), Peces (2015) y Fábulas, fantasmas y fotocopiadoras (2016).